domingo, 8 de mayo de 2016

Capitán América: El primer vengador, de Joe Johnston

¡Hola a todos! Anoche quise ver una película de superhéroes (que se han puesto tan de moda hoy en día) y decidí viajar al 2011 para ver Capitán América: el primer vengador. Una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial donde nos encontramos a un espectacular Chris Evans y a una preciosa Hayley Atwell luchando contra el ejército nazi. Veamos primero la ficha técnica:

Título: Capitán América: el primer vengador
Título original: Captain America: The First Avenger
Director: Joe Johnston
País: Estados Unidos
Productora: Marvel Studios
Duración: 124 minutos
Distribución: Paramount Pictures

Cada vez es más habitual encontrar películas que, aunque sean apreciadas por la crítica, se encuentren de bruces con la incomprensión del público. Capitán América: el primer vengador es una de estas películas. En ocasiones, uno de los grandes problemas de la sociedad es la falta de pedagogía, la ausencia de herramientas que permitan comunicar adecuadamente en qué consiste una película o de qué manera es necesario mirarla. Esta es una labor que no cumplen las escuelas, ni las universidades, ni los medios de comunicación. Uno de los mayores problemas de enfrentarse con la obra de un autor excelso como Joe Johnston, con tanta personalidad, es no haber contextualizado previamente su trabajo, de tal manera que se dificulta su comprensión. El público tiene a valorar una película de acción por lo atrayente y sutil de su argumento, o por la potencia de sus interpretaciones, olvidando las cualidades que enriquecen la puesta en escena y los conceptos involucrados directamente con las imágenes. Es una pena que el boca a oreja, finalmente, haya convertido una película tan estupenda en una rareza para cinéfilos. A pesar de la opinión generalizada, podemos estar seguros de que Capitán América: el primer vengador siempre será una de las películas que mejor definen el mejor cine de su tiempo, convirtiendo la era de internet y el digital en una nueva edad dorada, aunque los parámetros de medida queden muy lejos de los empleados en el cine clásico. Ahora, las grandes obras pueden surgir desde el corazón del sistema o desde los márgenes más remotos de este planeta que llamamos cine y que desborda las antiguas ideas que teníamos sobre él. La multiplicación caótica de ideas visuales, de discursos y de medios de creación permite una riqueza que, esperemos, se pueda mantener. El hecho de que esta película sea tan popular y haya tenido tantos espectadores no es más que una consecuencia natural de sus bondades, y una muestra de que en el cine también puede haber justicia.

La puntuación que le pongo es un 4 sobre 5.


(El texto de esta reseña ha sido generado automáticamente por la herramienta Mecanocrítica, máquina generadora de críticas de cine, de Faustino Sánchez. Era sólo una prueba que quería hacer. El resto de reseñas volverán a estar escritas por mí.)

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